Autora: Becky Albertalli
Sinopsis:
¿Qué serías capaz de hacer para proteger tu secreto mejor guardado? Simon ha hecho lo impensable: ceder al chantaje de Martin. O Simon se las ingenia para que su amiga Abby salga con Martin o este… le hablará a todo el mundo de los correos electrónicos. De los correos electrónicos que Simon, escondido tras un seudónimo, intercambia con un tal Bluegreen, que es el chico más divertido, desconcertante y adorable que Simon ha conocido nunca. Y es que Simon, pese a su afición al teatro, prefiere no exponer a los focos su identidad sexual… al menos de momento. Sin embargo, seguirle la corriente a Martin no será la solución a sus problemas, sino más bien el comienzo de un enorme embrollo.
¿Qué hará Martin si no consigue conquistar a Abby? ¿Cómo reaccionará Abby si se entera del chantaje? ¿Qué pensará Bluegreen de Simon si la intimidad de ambos queda comprometida?
Y, la cuestión más importante: ¿Quién demonios es Bluegreen?
Opinión Personal
¿Nunca les pasó de sentir esa imperiosa necesidad de tener un libro en sus manos para leerlo urgentemente? Bueno, el libro de Becky Albertalli no va a ser la excepción en este caso. Literalmente lo compré y tuve que empezar a hojearlo, lo cual hizo que la lectura no me durara más que un par de días. Una portada preciosa, una trama prometedora y muchísimas críticas fenomenales... Todo en conjunto me condicionó, de manera que mis expectativas estaban resultando ser muy difíciles de cumplir. lo bueno es que terminé muy dichoso, por l que no pueden perderse de darle una oportunidad a una preciosa historia como esta.
Todo comienza con la presentación de Simon Spier, el protagonista de esta novela, el cual conoce a Blue, un chico que asiste al mismo colegio que él. Sin embargo, ninguno de los dos tiene idea de quién puede ser el otro ya que su relación se resume en una serie de correos electrónicos. Simon se ha enamorado de él, pero por el momento deben mantener esa relación bajo usuarios falsos para no estropear nada.
Ninguno de los dos ha salido del armario y aún no están preparados. Entonces, el problema se presenta cuando Martin Addison descubre el secreto de Simon. Éste deberá actuar con cuidado a partir de ahora para que Martin no saque a la luz estos mensajes. Tiene que aceptar la triste realidad: está envuelto en un horrible chantaje y que todo puede ir bien o todo puede irse por el desagüe.
¿Alguna vez te has sentido prisionero de ti mismo? No sé si me explico. Quiero decir que, en ocasiones, tengo la sensación de que todo el mundo sabe quién soy menos yo.
Lo primero que me había llamado la atención de este libro era sencillamente la historia que se planteaba. La situación que el personaje principal debe afrontar es llevada a cabo de una forma muy real. Las palabras empleadas por Becky Albertalli hicieron que las inquietudes y/o preocupaciones de Simon se vieran muy bien reflejadas en la trama. Además, me gustó acompañar a Simon a través de su proceso de auto descubrimiento.
La escritura de la autora es otra cosa que agradezco porque hacía del relato algo sumamente amen y llevadero. También se le suma el hecho de que el narrador es Simon, con el cual congenia muy fácilmente. Sus ocurrencias y chistes son simplemente geniales. Me sacaba sonrisas a cada rato, algunas acompañadas por carcajadas.
Otra cosa que me pareció excelente, fue el planteamiento que se hizo en un capítulo respecto a la sexualidad de las personas. Me pareció una idea sumamente brillante y que nunca se me había pasado por la mente. Si uno de pone a pensar, esto es algo totalmente razonable. ¿Por qué algunas cuestiones son consideradas las "normales" y las que se alejan de esa realidad son mal vistas? Entiendo que la sociedad ha crecido bajo este pensamiento, pero tengo que disentir y l quería dejar por escrito.
Por cierto, ¿no crees que todo el mundo tendría que salir del armario? ¿Por qué la heterosexualidad se considera la norma? Todos deberíamos vernos obligados a declararnos una cosa u otra, a experimentar ese incomodisimo momento, tanto si eres hetero como gay, bi o lo que sea.
Se podría decir que "Yo, Simon, homo sapiens", me dejó suspirando y con una amplia sonrisa en el rostro. Atrave´se tantas sensaciones que necesitaría muchísimas palabras para detallar cada una de ellas. Lo mejor es que valió completamente la pena y ahora no se me ocurre qué otro pretexto darles para que lo lean.
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